jueves, 27 de agosto de 2009

Manual de Relaciones Públicas-Gustavo Cirigliano


Por mucho tiempo al relacionista público se le ha atribuido la imagen de un individuo con aspecto triunfador, con personalidad dinámica, con la connotación de un término más moderno para decir propaganda y se le ha relacionado con un hombre que posee muchas y buenas relaciones.

Así pues, Gustavo Cirigliano en su libro Manual para Relaciones Públicas, advierte que el profesional de RP es un individuo capacitado técnicamente para la realización de una tarea científica, con objetivos distintos a los de la publicidad y propaganda, lo que le permite utilizar adecuadamente los instrumentos o medios para el lograr la mejor calidad de las experiencias humanas.

Es por ello que las empresas, al tomar conciencia de que el público no sólo debe aceptar un producto de la institución sino toda ella, cuentan hoy en día con un departamento de RP. Es así que indica que la primera tarea de este profesional de RP es identificar que se cuenta con “públicos”, tanto internos como externos.

En cuanto al público interno, sostiene que es de ahí de donde se debe partir, ya que este es vehículo y portador de la imagen de la empresa. Es por ello, que muchas empresas motivan a sus trabajadores creando un clima laboral favorable. Un ejemplo de ello es Interbank, en donde a menudo se realizan actividades de integración y donde con frecuencia se reconoce el esfuerzo y trabajo de los colaboradores.

Por otro lado, establece la diferencia entre publicidad, propaganda y RP indicando que la primera sólo busca comunicar un hecho publicitario, la segunda, persuadir; y por el contrario las relaciones públicas persiguen intercomunicar, creando un relación humana con el cliente, más que un encuentro momentáneo de compra-venta.

De esta manera el término “el cliente siempre tiene razón” en las relaciones públicas reconoce que el cliente es un ser razonable con el cual se puede llegar a un entendimiento en igual de condiciones de manera razonable. Todo lo contrario, ocurre en términos de propaganda, en donde adquiere la significación de que el cliente siempre tiene la razón con tal que compre. Es como en el trabajo en Cobranzas telefónicas del banco Interbank, ya que se busca llegar a un acuerdo razonable con el cliente para que efectúe su pago.