viernes, 18 de septiembre de 2009

La Imagen

La imagen

En la formación de la imagen interviene mucho el público interno de la empresa, ya que ellos son portadores de la misma tanto como el producto. Así pues, el autor sostiene en el quinto principio de las Relaciones Públicas que primero hay que poner la casa en orden antes de dirigirse al resto de los públicos. Es por ello de la necesitad de cada empresa por mantener motivados a sus trabajadores ya sea mediante el salario, reconocimientos, un horario adecuado, posibilidades de progreso, etc.

Es por ello que las empresas bancarias ofrecen a sus trabajadores la posibilidad de hacer línea de carrera, realizan varias actividades de integración, el horario es flexible, los capacitan frecuentemente, etc. Esto es para mantenerlos motivados, ya que son ellos quienes tienen el contacto con el cliente y por ello constituyen una parte fundamental en la formación de la imagen de la institución.

Por otro lado, la institución no debe olvidar a los líderes de los grupos, ya que estos influyen significativamente sobre el mismo, por lo que actuar con él permite actuar con el público y así este se convierte en un canal eficaz y efectivo.

Es por ello que empresas que tienen como producto algo que tenga que ver con la salud necesariamente emplean a especialistas para que los recomienden. Así para promocionar un producto como la pasta de dientes se recalca el reconocimiento del Colegio Odontológico.

Más adelante el autor distingue dos tipos de imagen: La típica, ideal o abstracta, que es la que se forma por nuestros deseos y temores, y la imagen real, que va siendo conformada en comparación con la anterior.

En cuanto a la cuantificación de los resultados de las actividades realizadas se recurre a análisis o investigaciones de opinión pública, todo ello en base a técnicas de muestreo que miden el cambio en las actitudes de los públicos.

Así pues lo que se va a cuantificar es el tiempo que el individuo está sometido a la influencia de la institución y en el cual es su público actual. Para ello se emplea el SIN que viene a ser la unidad de medición o cuantificación. De esta manera este cuantifica la actividad propagandística que es reducida a números.

Así por ejemplo si una empresa de servicios recibe un día la visita de 500 clientes y la suma de tiempo que permanecieron en ella fue de 1500 horas el SIN lo traduce 750000 es el tiempo que el público permaneció influenciado por la institución.